El chorlitejo patinegro es una de las aves más amenazadas de nuestras costas. Su ciclo reproductor depende de playas tranquilas y bien conservadas, un recurso cada vez más escaso debido a la presión humana, la urbanización del litoral y fenómenos naturales como temporales o inundaciones. Frente a este escenario, los programas de conservación resultan imprescindibles para garantizar la supervivencia de la especie.

Entre estas acciones, el programa de conservación ex-situ desarrollado en colaboración con el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) de Oleiros ha vuelto a dar resultados muy positivos en la temporada 2025. Gracias al esfuerzo conjunto del equipo técnico y científico, se han recuperado 33 pollos de chorlitejo patinegro procedentes de nidos abandonados o amenazados, los cuales, tras completar su crecimiento en un entorno controlado, han podido ser liberados de nuevo en su hábitat natural.

El proceso de cría ex-situ

Cuando un nido se encuentra en situación de riesgo —ya sea por abandono, por la cercanía de la marea o por la presión de visitantes y depredadores— los huevos son trasladados al CRFS, donde se reproducen las condiciones necesarias para su incubación y desarrollo. Posteriormente, los pollos crecen en un entorno seguro, recibiendo alimentación y cuidados que simulan en la medida de lo posible las condiciones naturales.

Este trabajo meticuloso requiere una combinación de rigurosidad científica y compromiso ético, puesto que el objetivo último no es mantener a las aves en cautividad, sino devolverlas al medio silvestre en las mejores condiciones posibles.

La importancia de las sueltas

Cada acto de liberación simboliza una doble victoria: la supervivencia de individuos que de otro modo se habrían perdido y la contribución a reforzar la frágil población reproductora de la especie. Las playas que acogen estas sueltas se convierten en escenarios de esperanza, en los que ciencia, conservación y emoción se encuentran.

El hecho de que 33 nuevos ejemplares se hayan incorporado este año al medio natural constituye un resultado especialmente alentador. Confiamos en que parte de estas aves sobrevivan al invierno y regresen a nuestras playas para criar en la próxima primavera, ayudando a consolidar la población reproductora.

Un esfuerzo colectivo

El éxito de este programa no sería posible sin la colaboración entre administraciones, equipos técnicos y la ciudadanía, cuyo papel es igualmente fundamental. Respetar las zonas señalizadas, evitar molestias durante la época de cría y tomar conciencia de la vulnerabilidad de estas aves son gestos que marcan la diferencia.

El programa de conservación ex-situ del chorlitejo patinegro demuestra que, con ciencia, compromiso y cooperación, es posible revertir —al menos en parte— las amenazas que ponen en riesgo la biodiversidad de nuestras costas. Cada pollo liberado es una inversión en futuro: un pequeño embajador que nos recuerda que proteger la naturaleza significa también proteger nuestra relación con el mar, las playas y la vida que albergan.

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